¿Y QUIEN ERES TU?

"El amar es el empiece de la palabra amargura" (solo era una canción)

Pero antes de nada, yo te pregunto, ¿Quien eres tú?

Tu contestas seguro, entero, (Yo soy Juan Palomooooo) vocalizando el nombre que te pusieron, sabiéndote tú, con convicción, con poder, satisfecho de ti, de lo que haces, de lo que dices, de lo que sabes y quizás sin saber que no sabes.

¿Quien eres tú?

Desde más adentro, sacándote rebanadas hacia afuera ¿eres tú, tu cuerpo?

Supón que sí, esa piel, esa humedad, lo blanco del ojo, lo que se adivina del hígado, la sangre, la magia de tus fluidos nerviosos. Sin embargo... ¿En que parte estas tú?

Volvamos a sacar rebanadas, pliegue a pliegue de tu piel, despertando del hechizo pálido de sentirte normal, familiar en este mundo sin misterio, sin preguntarte por esa sensación y situación extraña de que “seamos”, de que seas tú, de que no sea insólito lo cotidiano, de que no vivamos en la permanente pregunta de que exista un “por qué”.

Tu claro que distingues entre tu vigilia y tu sueño, entre el ser y el no existir, entre lo normal y lo extraño, entre la magia y la razón.

Tu admites una zona de penumbra para otros..., iniciados, lejanos.

Tu sientes fluir tus situaciones reales, cercanas, poseídas, sin dudas, familiares, conocidas.

¡No te extrañes, los misterios pasarán, la ciencia irá llegando a los sitios más inaccesibles porque en todo lo creado hay leyes y razones, tan solo bastaría el conocerlas!

Tu mismo eres una Constelación de hechos, de momentos, de trozos de vidas fácilmente explicables.

Si vuelvo a preguntarte ¿quien eres tú?, te pondrás inquieto, te defenderás, no tienes tiempo, te evadirás, no cabe esa pregunta, escogerás un mito, una palabra grande como... espíritu, hombre. Sin embargo ¿quien eres tú?

Pasan tus días, te desvaneces y transcurres sin encarar la incógnita, sin conocer ni reconocer lo misterioso de ser tú, de estar aquí.

De esta forma creces, comes, haces el amor, ¿seguro?, trabajas, te relacionas como si no existiera ese interrogante en tu vida ¿quien eres tu?. Pero ¿quien ahora?, detrás de ese mirar, de ese mover los ojos, de ese sonreír, de esa inquietud.

Cierra tus ojos y trata de sentir la pregunta, advierte como te va transformando, después de hacer tuya la pregunta, caminará contigo y ya no serás el mismo, ya no te vivirá la vida. Vivirás tu vida.

El misterio del por qué te pregunto a ti, es porque también lo vivo yo y se produce el misterio maravilloso en el encuentro de un efecto y una causa, una pregunta sin tu respuesta y tu respuesta sin mi pregunta.

Somos finitos porque no sabemos, porque desconocemos las verdades de esta vida, solo sabemos que nos han puesto aquí y nos han hecho caminar senderos parecidos a los de nuestros padres, abuelos y demás personas que nos han precedido, de esa manera nos han hecho, de esa forma nos hemos construido, así somos frágiles.

Somos infinitos aunque nos confundimos, por lo que no sabemos que nos estamos haciendo a nosotros mismos, pero que sin embargo intuimos.

Es un viaje muy sencillo, ¡pregúntate! ¿quien soy yo? Deja hundirse las palabras en ti, lentamente, muuuyyy lentamente, aún más. Dale tiempo y date tiempo, pon interés, alarga tus antenas, pon a punto tu intuición, prepara tu percepción, y poco a poco sale a la superficie la respuesta de tu conocimiento en tu propio conocimiento.

¿Ahora quien soy yo, me pregunto sintiendo un remolino de perplejidad en forma de saludo?

Soy un Bello crepúsculo en el Alba de un nuevo conocimiento dirigiéndome al Caos, sin embargo... Tal vez porque te preguntaba antes a ti ¿quien eres tu? siento que también te digo ¡Buenos días Universo Hermano!, con una alegre claridad, como cuando el humano conoció sus deseos y los vio tan propios como una pregunta y empezó a tener un lugar en la realidad, en su propia realidad de un nuevo Universo que tú y que yo ayudamos a continuar cuando preguntamos ¿quienes somos nosotros?.

¿Quien eres tú...? Si lo preguntas cuando existe el tú, de ti al tú, tendrá un sentido, como si la tierra, el fuego, el aire asumieran su propia sensualidad.

Será un estremecer de miradas atónitas ante la verdad del encuentro.

¿Quien eres tu? Vas construyendo casi religiosamente, artísticamente, voluptuosamente los grupos mas hondos.

Entre tú y tú, dentro de ti, entre nosotros vamos haciendo el Grupo, preguntando como si hablásemos fraternalmente con un resucitado o con un visitante de otro mundo aceptando el misterio de quienes somos, el misterio de olvidarnos del misterio, el misterio de crecer compartiendo preguntas, inquietudes.

Tenemos que escoger si nos preguntamos ¿quien soy yo? Y vivimos los pequeños racimos de nuestra propia individualidad lejos del vendaval de los acantilados, viviremos en el jardín sin compromisos, en la suave familiaridad, en lo opaco, en los limites.

No hay dos, hay muchos más, árboles desnudos y secos si no hacemos grupo, si elegimos ser humano avanzando pregunta adentro hasta aceptar el no saber, volviendo a empezar a inventar y reinventar, acabar, tropezar y caer, somos un mero Sísifo con muchas rocas en nuestros lomos.

Y no podemos darnos cuenta de que deseamos un mundo tal como queremos que sea, no sabiendo como es, no sabiendo tan siquiera si es, tan solo queriendo que sea, que nos permita ir despacio, que nos abrace y no nos abrase, que nos humedezca al bañarnos en él y podamos sentir el placer de sus gotas en nuestra piel.

Empecemos creando grupo ya que somos misterio, juguemos a que se adivine haciendo pequeños mundos como mejor podamos hacerlo. Los mundos están dentro de ti, entre todos tus yoes y debes de hacerlos hablar y fundirse en uno solo conmovidos por la esencia de ser.

Después vamos creando mundos entre nosotros, después vamos construyendo misteriosamente grupos nuevos en que se pueda tener familiaridad con los misterios, grupos en que se goce de lo familiar sabiendo que es un regalo maravilloso, grupos que sean verdaderamente religiones para volver a juntar lo disperso, grupos a los que puedas tratar de tú y de forma simple con la mirada inocente del que sabe que no sabe y por eso pregunta, grupos en suma que tienen que ser como tu quieres que sea el mundo, tu mundo.

¿Quien eres tu?. Contesta mientras alguien se está torturando y cree querer.

¿Quien eres tu?. Siente la pregunta de ¿quien eres tu? Aunque seas otro, aunque seas una forma estupenda de subversión.

No importa que existan planetas de miel, no esperes que te lo pregunte un extraterrestre en un atardecer de verano, o que las mariposas inicien un vuelo sin canto pero un canto con vuelo y color.

Contesta escuchando la otra mirada en brotes de nuevos colores y contesta haciendo nido con migas de la Aurora, no digas que sabes porque... (nadie sabe).

Junta tu pregunta con la mía y con otros tu verdad porque... La respuesta es una fábula, la pregunta eres tú y tan solo después... después.... podrás amar sin amargar.